Les contamos nuestra historia:
Somos Verónica Oeyen y José Alejandro Ferster, un matrimonio con 25 años de casados, que junto con nuestra hija vivíamos en Buenos Aires. Siempre nos gustaba recibir amigos en casa y disfrutar de la naturaleza. Y así, poco a poco, fue surgiendo la idea de "La Trinidad Casa de Campo".
En el año 2007 Vero se recibió de "Alta dirección en Turismo Rural" (Facultad de Agronomía de la UBA) y entre los dos fuimos dándole forma al proyecto.
En diciembre de 2008 recibimos a nuestros primeros huéspedes, y al año siguiente finalmente nos largamos a esta aventura de vivir en el campo. Desde entonces recibimos muchos huéspedes de distintos lugares del país y del mundo. A todos los recibimos como "viejos" amigos o familiares queridos, abriendo las puertas de nuestra casa y nuestro corazón, compartiendo el día a día del campo, del cuidado de nuestros animales y de la naturaleza.
Nos gusta ver a los huéspedes disfrutar de nuestro lugar en el mundo y escuchar a los niños decir: "son las mejores vacaciones de mi vida" o "me quiero quedar a vivir acá".
Nuestra Visión:
Ser el alojamiento de turismo rural sustentable donde la familia se encuentre, disfrute compartir experiencias, y redescubra la importancia de la vida y comunicación familiar, desconectándose de la rutina.
Generar, en nuestros huéspedes, la necesidad de respetar y disfrutar de la naturaleza, encontrando la mejor forma de relacionarse con ella.
Nuestra Misión:
Somos una familia que ofrece a otras familias un servicio de alojamiento rural sustentable de calidad, que busca promover valores a veces ya perdidos en la sociedad actual.
Nuestra afinidad por los niños nos lleva a que nuestra misión principal sea que ellos disfruten de nuestro lugar, satisfaciendo su necesidad de jugar, investigar y aprender en contacto con la naturaleza, cuidando su seguridad en cada actividad.
Y permitiendo a sus padres estar tranquilos sabiendo que está todo preparado para que sus hijos lo hagan sin peligros.
Nuestros Valores:
• Cuidado de la familia como base de una buena sociedad, siendo el lugar privilegiado de formación en valores.
• Atención personalizada y calidez humana.
• Compromiso y amor a la naturaleza.
• Prolijidad y atención a los detalles.
• Respeto y honestidad.
Por contar con esta reserva natural y animales de granja no aceptamos mascotas. Gracias por entender.